ET el extraterrestre

No leer si no se ha visto y se está interesado en verla: puede contener algunos spoilers.
Tengo un especial cariño a esta peli, y en parte constituye mi primera experiencia cinéfila; llegué a verla 3 ó 4 veces en el cine (cuando alguien me llevaba, en sesiones matinales, cuando esas cosas existían fuera del circuito porno). Supongo que tenía parte de las papeletas para gustarme: tema fantástico, tenía una edad próxima a los protagonistas... Más tarde la vi ochenta veces, y aún hoy me inspira especial ternura cuando la veo.
Un extraterrestre que está de visita para recoger muestras vegetales se queda extasiado viendo las luces de la ciudad; a la llegada de equipos que han percibido la señal extraterrestre la nave parte y el alien se queda solo; llega hasta un barrio residencial donde topa con Elliot, un niño muy solo, hijo de padres divorciados, con el que traba una férrea amistad; él le ayudará a crear el comunicador para que vengan a buscarle, siempre intentando que las autoridades no se aperciban de su presencia.

Uno de los puntos fuertes de esta película es la estupenda dirección de actores, especialmente los infantiles, trabajo que a Spielberg se le da especialmente bien.

El tema de los extraterrestres tiene fascinaíto a Spielberg; esta peli entronca, de alguna manera, con Encuentros en la tercera fase (hasta el bicho se parece), donde un tío común y corriente entra en contacto con ellos; salvo en La guerra de los mundos, tienen cierto antropomorfismo y hasta cierto punto hablan de la comunicación intercultural (manifiesto en Encuentros... y la representación manual de las notas musicales como signo lingüístico, un acto muy estructuralista, máxime si consideramos que es el francés Truffaut quien se comunica con el alien en la tierra); incluso La guerra de los mundos habla de una agresión gratuita de una civilización a otra, algo perfectamente terrestre y humano, mal que nos pese.

Sin embargo, ET es de esas pelis que ahora se llaman familiares, y no hace ascos al humor, con dosis de emoción y efectos especiales que levantaron la industria de la bicicleta tan alto como Elliot volando en una. La única pega que le pongo es al montaje del vigésimo aniversario: en la escena en que la pandilla echa a volar ya no les apuntan con un rifle, diegéticamente no queda tan bien como una mano que impele a entregarse, aunque supongo que los tiempos han cambiado desde 1982...

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