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Cinema Paradiso

No leer si no se ha visto y se está interesado en verla: puede contener algunos spoilers.
A los italianos se les da bien el arte en general y el cine en particular. Tornatore hace aquí un homenaje que constituye la obra maestra del director siciliano.

Cuenta la historia de Totò, su infancia y juventud en Giancaldo (población imaginaria de Sicilia), y su amor por el cine, en parte determinada por su relación con el proyectista del pueblo, Alfredo (magistral Philippe Noiret). Está narrada en un flash-back desde que la madre de Salvatore lo llama a Roma para decirle que Alfredo ha muerto hasta que Salvatore vuelve a Sicilia para las exequias.

El tema de Ulises y la Odisea está presente en toda la película. No resulta obvio a la primera: la madre es una Penélope desde el momento en que el padre va a la guerra en Rusia hasta la vuelta de Salvatore a Sicilia al final de la película: precisamente, hay una imagen maravillosa cuando vuelve Totò y la madre está tejiendo: llega el hijo esperado y suelta la hebra, que se deshace... (mis palabras son burdas, ved la película y admirad). Otra escena que parece hacer un guiño a la Odisea es la que tiene lugar cuando Totó vuelve de la mili en Roma: acaba de llegar al pueblo, está frente al cine que lo vio crecer, pero nadie lo reconoce... salvo un perro, que corre a saludarlo. Para recordar el tema de Ulises, en la escena del cine de verano, cuando Totò sufre tanto por amor, la peli que están proyectando es Ulises, la película italiana con Kirk Douglas... el tema de Odiseo está presente, venciendo las vicisitudes más diversas a lo largo del filme.

El Barbas me sugirió que el Ulises al que alude Tornatore es al que canta Kavafis en su poema Ítaca, del que transcribo aquí algunos versos ad hoc con lo expuesto sobre la película:


Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
(...)
Ruega que sea largo el camino.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -
entres en puertos nunca antes vistos.
(...)
Ve a muchas ciudades egipcias
para que aprendas y aprendas de los sabios.
Siempre en la mente has de tener a Itaca.
Llegar allá es tu destino.
Pero no apresures el viaje.

Es mejor que dure muchos años
y que ya viejo llegues a la isla,
rico de todo lo que hayas guardado en el camino
sin esperar que Ítaca te dé riquezas.
Ítaca te ha dado el bello viaje.
Sin ella no habrías aprendido el camino.
No tiene otra cosa que darte ya.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado
sabio como te has vuelto con tantas experiencias,
habrás comprendido lo que significan las Ítacas.


Parte de la fuerza obvia de esta película es el retrato social que se hace del pueblo: caciquismo, analfabetismo, pobreza, emigración a Alemania, dominio de la Iglesia, olvido por parte del norte de Italia y una leve alusión a la mafia, amén de retratar diferentes tipos humanos (el loco del pueblo y su mantra La piazza è mia, la piazza è mia es parte de la ternura de esta película).

No sería justo hablar de Cinema Paradiso sin mencionar la partitura de Ennio Morricone (y Andrea: el tema de amor lo hizo él). Cuando has visto la película, no puedes desvincular la música de las imágenes. Todo un éxito para el compositor, ¿no?



Jacques Perrin, en la mágica escena del final
Y, last but not least, la presencia del cine dentro de la película. Amén de los hábitos y las historias transversales que transcurren y se reflejan en la sala en Cinema Paradiso, tenemos las películas que aparecen en la pantalla o a las que se hace referencia. Algunos ejemplos son: La fiebre del oro, Los bajos fondos, Las aventuras de Robin Hood, Qué bello es vivir...

...La terra trema: episodio del mare (aquí se refleja el analfabetismo entre los vecinos adultos de Giancaldo), Arroz amargo (estupendo primer plano de Vittorio Gassman), Cadenas, Los inútiles, de Fellini (de su primera época), Ulises, Y Dios creó a la mujer entre otras... Os reto a que encontréis más...

El final de la peli contiene un triste lamento ante la aparición del video (con las tecnologías de hoy y el pirateo sistemático, daría lugar a una secuela, y espero que no me oiga) en detrimento del cine de siempre... Aunque, como demuestra la última escena, siempre hay espacio para la emoción...

4 comentarios

Ernesto de la Serna dijo...

Las referencias odiseicas no las percibí hasta la tercera o cuarta vez que la ví. Pero desde la primera vez que la vi, en un viejo cine de Vilagarcia de Arousa similar de alguna manera al Paradiso, me emocioné irresistiblemente. Una de las obras maestras del séptimo arte.

Fer Fish dijo...

Película comparable emcionalmente a otras maravillas del séptimo arte, como "La ciudad no es para mí" o "Jenaro el de los 14".

Fer Fish dijo...

Por cierto, veo que enlazas con la utopía y con el mensaje en la botella, pero al rincón del mono que le den por culo, ¿no?

Vale, vale, esta te la guardo....

wilson dijo...

La primera vez que la vi, eché de menos la sábana de prestar. Terminó la película, se encendió la luz y decenas de personas lloraban acompasados por el ruido de los soplamocos.

Es una película entrañable. Me hicieron mella especialmente las escenas de las sesiones de cine, con todo el pueblo dentro. Salieron retratados muchos de los protagonistas de mi infancia.

Muy reconfortante para días melancólicos.