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Destripando remakes: Sabrina

Los remakes son una excusa cuando no hay ideas. AquĆ­ enfrentamos el original frente al remake: similitudes, diferencias...
Puede contener algunos spoilers (¡dobles!).
Por casualidades del canal cinemanĆ­a, vi primero la versiĆ³n de 1995, con Julia Ormond, Harrison Ford y Greg Kinnear, y pensĆ© que era una pelĆ­cula muy inteligente, con un guiĆ³n estupendo. Meses mĆ”s tarde, vi la original, dirigida por un tal Billy Wilder (Dios, segĆŗn Fernando Trueba), y me sentĆ­ ligeramente decepcionada con la de Sydney Pollack.
Sabrina (Audrey Hepburn, Julia Ormond) es hija del chĆ³fer de los Larrabee, de cuyo hijo menor, David (William Holden, Greg Kinnear), estĆ” enamorada y cuyos trucos de picaflor conoce a la perfecciĆ³n. Se va a ParĆ­s a olvidar su obsesiĆ³n y estudiar (cocina en la pelĆ­cula de 1954 y fotografĆ­a en la de 1995), y cuando vuelve estĆ” hecha un pimpollo reventĆ³n que deja alucinados primero a su amado David y luego a Linus (Humphrey Bogart, Harrison Ford), el primogĆ©nito adicto al trabajo. David le echa los tejos, a pesar de que estĆ” a punto de casarse con una mujer que enriquecerĆ” Industrias Larrabee: Linus entra en acciĆ³n al objeto de impedirlo, sin tener en cuenta que su corazĆ³n puede salir malparado en el negocio...
Si no fuera porque los actores son distintos -aunque los buscaron parecidos, dentro de un orden- y porque la de 1954 es en blanco y negro, amĆ©n de algunas adaptaciones de guiĆ³n, estarĆ­amos ante dos pelĆ­culas idĆ©nticas: idĆ©ntica es la aƱagaza de Linus para distraer y detener a David, idĆ©ntico es, claro, el motivo; varĆ­a, en la de 1995, la excursiĆ³n de Linus y Sabrina respecto a la de 1954 -la esencia, es imposible-, pero hasta la canciĆ³n de la que Sabrina se prenda en ParĆ­s -La vie en rose, ¿no hay mĆ”s canciones en Francia?- es la misma...
La versiĆ³n de 1954, muy sutilmente, deja clara la diferencia entre los Larrabee y los Fairchild (el chĆ³fer y familia): la seƱora Larrabee es informada del regreso de la escuela de cocina en ParĆ­s, y no tarda en espetarle: a ver cuĆ”ndo nos enseƱa lo que sabe hacer... quedando asĆ­ claro en quĆ© posiciĆ³n estĆ” cada quiĆ©n... En la de 1995 dan a entender que no hay fronteras entre las clases sociales... aunque tampoco eso se lo puede creer nadie.

7 comentarios

Nexus dijo...

La mayor parte de las pelĆ­culas de Billy Wilder se pueden seguir viendo hoy.
LƔstima que las vieras en orden inverso, es siempre mejor disfrutar del placer de ver un clƔsico por primera vez sin saber el final.
Por cierto, ¡cĆ³mo envidio a los que todavĆ­a no ha visto los clĆ”sicos! Es maravilloso descubrir una buena pelĆ­cula por primera vez...

CarlosGonzalez dijo...

Hola, piensa que todavia nos quedan cientos de peliculas clasicas por descubrir, que no hemos visto todo y que nos sorprenderan en cualquier momento, cuando menos lo esperemos, sino no veria mas cine.

Su dijo...

La verdad, nexus, en el orden en que fueron hechas no las habrĆ­a visto, me habrĆ­a quedado con la primera. Soy filosĆ³ficamente contraria a los remakes.

Las buenas pelĆ­culas siempre dejan algo sin descubrir, por eso es un placer verlas de nuevo. Y que te sorprendan es parte de la gracia de ir al cine (o de reunir una dvdteca por cualquier medio, ¿no, borromi?).

wilson dijo...

¿Y nadie dice nada de las diferencias entre Audrey y Julie, entre la frescura y la lĆ”grima de niƱa boba? ¡Aaaaaayyyyyy, Audrey! ¡Snif!

Su dijo...

Es que, wilson, es la frescura de la versiĆ³n original frente a la moƱez de la versiĆ³n nueva.

CarlosGonzalez dijo...

SĆ­, Su, aunque sea haciendo desaparecer peli a peli entre sonrisas y lagrimas

Su dijo...

Borromi, no hay que confundir frescura rozagante con manifiesta jeta de cemento.