Cisne negro
No leer si no se ha visto y se está interesado en verla: puede contener algunos spoilers.
Montarse expectativas con las pelĂculas no siempre es bueno. Los oscars y las nominaciones suelen ser fábricas de expectativas, que no siempre se corresponden con el resultado. Muy buenas intenciones que no terminan de cuajar, en parte por primar la estĂ©tica de video clip a un guiĂłn coherente y mejor traĂdo. Premisa: un coreĂłgrafo quiere hacer una versiĂłn de El lago de los cisnes de Tchaikovski en el que los dos cisnes blanco y negro sean interpretados por la misma bailarina. Le da el papel a Nina (Portman), que tiene muy buena tĂ©cnica pero le falta un hervor para hacer el papel supuestamente más oscuro. Por el camino la tal Nina se llevará el trabajo a casa con todas las consecuencias psicolĂłgicas que ello pueda conllevar. |
La premisa no está mal sin ser tampoco nada del otro jueves. La ejecución no me gusta nada.
- Por previsible. Porque desde que te dicen que tendrá que hacer los dos papeles y ves que se cruza con un oscuro reflejo de sà misma, te hueles cómo acabará el personaje. Como el cisne negro del ballet. No es que los argumentos de los ballets sean muy complejos, por lo que casar tu argumento con el del ballet que representas puede no resultar tan rompedor argumentalmente.
- Por mal planificada. Porque si te obsesionas por mostrar el final de tu cisne negro te pierdes el proceso. El resultado puede parecer efectivo, pero pierde en sutileza, que, aunque no se suela decir, es lo que distingue una pelĂcula de una obra de arte.
- Por acartonada. Los personajes no tienen ningĂşn relieve. El coreĂłgrafo -dicen- imita a Balanchine, coreĂłgrafo y creador del ballet de Nueva York, maniático del control y que guiaba a las bailarinas por la vĂa erĂłtica. Chachi: mucho sexo y poco ballet. DespuĂ©s de ver All that Jazz, de Fosse (hablando de coreĂłgrafos maniáticos del control y erotĂłmanos perdidos), llego a la conclusiĂłn de que el personaje de Cassel es el director porque nos lo dicen. Apenas hay ballet, apenas hay escenas que nos muestren más que una o dos anĂ©cdotas el supuesto duelo de bailarinas, lo duro de la vida del ballet y hablen de la supuesta transformaciĂłn del cisne blanco en negro de manera más sutil, no con escenitas subidas de tono entre las bailarinas principales.
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