No leer si no se ha visto y se está interesado en verla: puede contener algunos spoilers.
Tras un parón de casi un mes -un mes sin ir al cine, de hecho- por motivos académicos, hoy hemos vuelto a meternos en uno a ver
La carretera, película apocalíptica que, sin embargo, deja el buen sabor de boca que sólo te deja el buen cine.
| Basada en la novela homónima de Cormac McCarthy, nos cuenta la historia de un hombre y su hijo (estupendo Viggo Mortensen y un hallazgo Kodi Smit-McPhee) que intentan sobrevivir tras una hecatombe global, en un mundo que hace un chiste de la frase de Plauto "el hombre es un lobo para el hombre". |  |
Lo peor que se puede decir de esta película es que te oprime el alma al mostrarte los avatares de padre e hijo en un mundo donde el canibalismo es una práctica extendida de subsistencia, que si estás
depre, no es tu película. Ahí se acaba en realidad lo negativo; lo positivo es, aparte de las interpretaciones de Viggo y Kodi, el resto de actores, la fotografía de Aguirresarobe (todo es gris, aunque se distingan algunos colores), el guión, el suspense constante que te agarrota el estómago; que no sepas que está pasando como tampoco ellos lo saben, y descubras el horror a la vez que ellos. Lo que más me gusta (aunque suene cursilón destacarlo en una peli sin la menor sensiblería) es esa asociación de humanidad con fuego interior, al fin y al cabo, los hombres, frente a las bestias, son los únicos que pueden hacer fuego.
Es de esas pelis que te dejan pensando durante mucho tiempo, aunque hables de otra cosa o digas alguna chorrada por romper la tensión en que te deja; de hecho, es al escribir esta entrada cuando he encajado el final en el conjunto de la obra; en los próximos días probablemente se me ocurran cosas que harían que este post se escribiera de otra forma, pero seguramente en todos los casos terminaría la entrada así:
id a verla.
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